Bajo la premisa de que “todos han robado”, se encubre la defensa oficiosa que muchos guatemaltecos hacen de los empresarios y políticos que se enriquecen ilícitamente utilizando como medio principal al Estado. Ello ocurre porque, a pesar que el sistema político y económico es un desastre, es el único modelo que la gente conoce y al cual le enseñaron a respetar.